| Julio César Huertas |
		    
		    Esta última, habiendo sido una notable pianista muy valorada en su
		    época, trascendió más en el futuro como docente que
		    como concertista debido a su humildad y a la poca divulgación de su
		    trayectoria.
		    
		     La pianista Renée Bonnet
		    Pouyanne nació en Montevideo el 7 de diciembre de 1911, en un
		    hogar donde la música tenía un sitial de preferencia. Su tío
		    Alberto Pouyanne, fundador del ballet del Sodre,
		    fue su primer profesor de piano en el Conservatorio Kolischer. Tenía
		    nueve años cuando comenzó sus estudios, pero pronto su tío
		    percibió su talento, y decidió que sería el maestro
		    Guillermo Kolischer quien continuara con su formación.
		    Era 1923, y en agosto de ese mismo año Bonnet realiza
		    su primera actuación pública en el Conservatorio La Lira.
		    
		    Varios críticos musicales acudieron al recital y en sus respectivos
		    diarios se pueden encontrar valoraciones muy positivas de la pianista. El
		    País expresó: "La niña Renée
		    Bonnet provocó general asombro por la intuición musical
		    con que interpretó autores clásicos tan arduos como Bach y
		    Händel". Por su parte, el diario El Siglo afirmó:
		    "Renée Bonnet, pianista de técnica clara
		    e intérprete sutil, da la impresión de una artista en plena
		    madurez de sus medios."
		    
		    Dos años después, Kolischer la presentó
		    en una audición en su propio conservatorio junto a sus condiscípulas
		    María Angélica Piola y Mary
		    Lambert.
		    
		    El 23 de julio de 1933 a instancias de la Asociación Argentina
		    de Música de Cámara actúa en el Teatro Cervantes
		    de Buenos Aires donde interpretó obras de Franck, Chopin, Chabrier,
		    Falla y Prokofiev. Seis años después, actuó (9 de julio
		    de 1939) conjuntamente con Yanka Kolischer y
		    Mercedes Iglesias en el Estudio Auditorio del Sodre con
		    la orquesta de Audem -dirigida por el maestro Eric
		    Simon-, donde interpretan el "Concierto para tres pianos en do mayor"
		    de Johann Sebastian Bach.
		    
		     Puertas abiertas a la música. La vida
		    familiar de Renée Bonnet también estuvo
		    dedicada a la música. El 20 de marzo de 1937 contrajo matrimonio con
		    el Dr. Juan Carlos Pietrafesa, junto a quien, años
		    después, fundará su propia escuela. De esta unión
		    nacerán dos hijas: Renée, que se destacará
		    como compositora y pianista, y Alicia como soprano y docente.
		    
		    El 24 de noviembre de 1928 Bonnet ofreció un nuevo recital con obras
		    de Scarlatti, Beethoven, Chopin y Ravel. También sobre esta
		    actuación se encuentra documentación en la prensa. "Esta joven
		    pianista tiene el don de la expresión: desde que inició el
		    programa pudo demostrar la ductilidad de su temperamento. Su comprensión
		    ante dos obras tan diferentes como la Sonata op. 90 de Beethoven y la deliciosa
		    Sonatina de Ravel es notable, pues tuvo que pasar en la misma forma de
		    composición de la gracia reflexiva de uno a la gracia exquisitamente
		    tierna y ligera del otro. "La técnica clarísima y la
		    atención al conjunto en la obra demuestran perfectamente que esta
		    joven ha estudiado y se ha formado bajo la dirección de un verdadero
		    músico", destacó el crítico del diario El Plata.
		    
		    La casa de Renée y Juan Carlos
		    siempre fue un lugar de puertas abiertas para toda aquella persona que
		    precisara de un piano donde estudiar. Su generosidad no tenía
		    límites; tal es así que muchas veces diferentes artistas se
		    trasladaron directamente a vivir a su residencia. Héctor
		    Tosar, junto a esposa Edda Piaggio, fue uno de los
		    tantos. Además, esta pareja vio nacer a su primer hijo en aquella
		    casa.
		    
		     Innovaciones técnicas.
		    Bonnet incorporará en sus clases importantes
		    innovaciones tales como el relajamiento muscular y un estudio
		    pormenorizado de los movimientos que requiere cada dificultad pianística.
		    Sus clases no tenían una duración fija porque hasta que el
		    alumno no entendiese lo que ella quería transmitirle, no daba ésta
		    por finalizada. Una de sus frases favoritas era: hay que "bucear detrás
		    de la partitura", es decir, encontrar detrás de la parte impresa
		    lo que el autor quería transmitir más allá de la
		    notación. A Renée le gustaba organizar
		    audiciones con sus alumnos, pero no buscando el espíritu de competencia
		    , sino el de confraternidad.
		    
		    En cuanto a la interpretación profundizó de tal forma que luego
		    destacados pianistas que se habían formado con
		    Kolischer, luego del fallecimiento de éste, fueron
		    a requerir de sus clases interpretativas, como Héctor
		    Tosar, Luis Batlle Ibáñez,
		    Celia Roca y Raquel Adonaylo. En su
		    residencia de la calle Suárez brindaron clases magistrales los pianistas
		    Jörg Demus y Josef Turczynski,
		    el compositor Enrique Casal Chapí, la soprano
		    Ninon Vallin, y el organista Angelo
		    Turriziani.
		    
		     Su propia escuela. Antes de los 20 años,
		    Renée Bonnet ya había comenzado su carrera
		    docente. En su examen público para obtener el título de
		    profesora de piano por el Conservatorio Kolischer -celebrado
		    el 17 de mayo de 1930 en el salón de conciertos del Palacio de
		    la Música- la pianista interpretó entre otras obras la
		    famosa "Fantasía op. 17" que Robert Schumann dedicara
		    a su amigo Franz Liszt. Posteriormente, el 29 de enero de 1931, su
		    maestro de armonía Tomás Múgica la
		    presenta a examen, en el que obtiene su título de profesora ante un
		    calificado jurado.
		    
		    Bonnet integró el cuerpo de profesores del primer
		    Conservatorio Nacional, creado y dirigido por el maestro francés
		    Albert Wolff en 1942. En una carta del 16 de abril de
		    ese año la fundadora de "Arte y Cultura Popular",
		    María Vinent de Müller, expresa: "Me parece
		    muy acertado su nombramiento ya que todos le reconocemos sus dotes excepcionales
		    como maestra. Una vez más me alegro de ver cómo perdurará
		    a través del tiempo la escuela de Kolischer."
		    
		    En junio de 1947 Renée ofrece, en el Paraninfo
		    de la Universidad, un concierto en "Homenaje a Ravel" junto a
		    su condiscípula Mercedes Olivera. Otra de sus facetas
		    fue la de ser una excelente acompañante, como se apreció en
		    sus interpretaciones junto a la soprano Ninon Vallin y
		    al barítono Gérard Souzay.
		    
		    Así como los hijos en cierta edad se independizan de los padres,
		    también los alumnos buscan un nuevo camino. En 1950
		    Renée y su esposo fundaron su propio instituto:
		    la "Escuela de Música Renée Bonnet", a la que se
		    incorporarán con el tiempo el violinista Carlos
		    Eizmendi -conocido como "Becho", que fuera inmortalizado
		    por la canción de Alfredo Zitarrosa-, y el guitarrista
		    Amílcar Rodríguez Inda.
		    
		    Falleció en Montevideo el 17 de diciembre de 1982, pero su legado
		    pianístico perdura a través de sus hijas:
		    Alicia
		    Pietrafesa, en el
		    Instituto
		    de Música que lleva su nombre, y Renée
		    Pietrafesa, en su "Quinta del Arte". Entre sus numerosos
		    alumnos, destacamos: Elsa Astiazarán,
		    Cristina
		    García Banegas, Nancy Nistal,
		    Lourdes Repetto y
		    Numen
		    Vilariño.